eco de un cuarto vacío: Mientras duermo

En las noches, cuando duermo, una sombra levita sobre mi cabeza. En la penumbra nocturna de mi habitación vacía, una sombra ligera, independiente, me observa. Pasea por las paredes, se expande en el cielorraso, baja por la puerta, se detiene el suelo. Da unas vueltas alrededor de mi cama, me acaricia sutilmente la cabeza, para luego acostarse a mi lado. Yo no la veo, estoy dormido siempre que aparece, pero puedo sentir su compañía, su caricia intangible en mis cabellos. Cuanta paz me otorga saber que esta a mi lado, mientras sueño o tengo pesadillas, me recuerda que no estoy solo, o al menos no tan solo como podría estarlo.
En las noches, cuando duermo, ella me hace compañía, vigila mi cuarto, se divierte de las palabras que digo dormido… cuando sueño ella esta a mi lado, siempre fiel, siempre constante, siempre presente. Y cuando algún malestar hace que me despierte en algunos de mis exabruptos, sudando en frío y con el pecho cargado de angustia, todavía puedo sentir su abrazo invisible y su caricia antes de que desaparezca.